Cabra (Córdoba)

Cabra es una ciudad andaluza de la provincia de Córdoba, con aproximadamente 21 000 habitantes y una superficie de 229 km². Situada en el centro geográfico de Andalucía y en el Parque Natural de la Sierra Subbética, Cabra destaca como ciudad histórica, especialmente por sus monumentos del período barroco.

Se trata de una de las localidades más antiguas de la región, donde existen restos de ocupación humana desde el Paleolítico. Ocupada por los romanos en el siglo III a.C., surgió su núcleo urbano y comenzó el desarrollo del cultivo de cereales y olivos, así como la explotación de canteras. Entonces, se llamaba «Igabrum». El dominio visigodo le daría una relevancia significativa desde el punto de vista religioso y fue sede de un obispado, que habría durado incluso hasta después de la ocupación almorávide.

Presidiendo la ciudad antigua, encontramos las murallas y el castillo, de origen árabe. Dentro del mismo recinto, la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción y los Ángeles, la edificación religiosa más importante de Cabra construida sobre una antigua mezquita.

El barroco domina las calles de la ciudad, dejando su marca en casas y templos. La iglesia de los Remedios, la iglesia de Santo Domingo, la iglesia de los Agustinos o la iglesia de San Juan Bautista son algunos de los ejemplos patrimoniales que merecen una visita.

Además, en Cabra merece la pena pasear por el barrio de la Villa o por el barrio del Cerro, para disfrutar de los colores de sus calles repletas de edificios pintados de blanco y con balcones decorados con múltiples jarrones de flores.

Pero Cabra no solo destaca en la región donde se encuentra por su patrimonio arquitectónico. El paisaje que la rodea, marcado por sus olivares interminables, es uno de los elementos más importantes del patrimonio natural de la provincia de Córdoba.

La Semana Santa es el momento más importante del calendario anual de Cabra. Con cerca de una treintena de hermandades y cofradías, siglos de tradición y arte impregnan sus calles. Una tradición que se mantiene viva, con toda su simbología, es la presencia de judíos, romanos, tambores y trompetas, en sus ceremonias. Una tradición única son los «abejorros», una especie de trompeta alargada que, con su peculiar sonido, anuncia el paso de las procesiones. Las imágenes que desfilan datan de los siglos XVII y XVIII, destacando por su interés artístico y devocional.

Además de la Semana Santa, cabe resaltar las peregrinaciones realizadas al Santuario de la Virgen de la Sierra, en la parte alta de la ciudad. Mencionamos especialmente la peregrinación conocida como «la Bajá», que tiene lugar el 4 de septiembre, donde se traslada la imagen desde la ermita hacia la villa, y la Romería del Costalero, que tiene lugar el primer domingo de octubre, cuando se traslada de nuevo la imagen mariana para su lugar habitual.