Écija (Sevilla)

La ciudad de Écija, provincia de Sevilla y comunidad autónoma de Andalucía, tiene casi 40 000 habitantes y una superficie de 976 km². Considerada como uno de los centros artísticos más importantes de Andalucía, la ciudad de las torres y del sol sorprende con su patrimonio excepcional.

La fundación de Écija habría tenido lugar en el siglo VIII a.C. con la llamada civilización tartesia, sin embargo, fue con el dominio romano cuando aumentó su importancia. En el año 14 a.C. los romanos fundaron aquí su Colonia Augusta Signature Astigi, que se convertiría en una gran ciudad con calles pavimentadas, al lado de un puente a través del cual la Vía Augusta cruzaba el río Genil.

Tras el declive romano, la ciudad continuó siendo un importante centro cultural y religioso durante la ocupación visigoda e islámica, y destacó por la fertilidad de su territorio, principalmente en el cultivo del algodón.

En 1240, fue conquistada por Fernando III y distribuida entre los colonos castellanos, los cuales eran miembros de la nobleza, el clero y las órdenes militares. A lo largo del siglo XVIII, la ciudad vivió un esplendor de edificaciones civiles e iglesias, y su centro histórico es uno de los mejores legados del arte barroco en Andalucía.

Son muchos los motivos que justifican una visita a Écija. Palacios como el de Peñaflor, con una imponente fachada con pinturas al fresco, el de Benamejí, sede del Museo Histórico Municipal, o el de Valdehermoso, con una portada plateresca del siglo XVI, son de visita obligatoria, entre los que destaca, además, el Palacio de Santaella o el Museo Casa-Palacio de Palma.

En cuanto a la arquitectura religiosa, destaca la iglesia de Santiago, construcción gótico-mudéjar del siglo XV o la iglesia Mayor de Santa Cruz. Otro templo importante es la iglesia de la Concepción. La iglesia de Santa María, construida en la transición del estilo barroco al neoclásico y con una importante colección arqueológica, la iglesia de los Descalzos, joya imponente del barroco andaluz, y la iglesia de San Juan, con su majestuosa torre barroca, son otros tres ejemplares del complejo astigitano.

La Semana Santa es, sin duda, el momento más importante del calendario de la ciudad de Écija. Todos los años, ecijanos y visitantes de todos los lugares llegan con fervor, ansiosos de ver sus espectaculares procesiones, donde se llevan imágenes que tienen siglos de historia.

Entre ellas se incluyen el Cristo de la Salud, del siglo XVI aproximadamente, el Cristo de la Yedra, de 1630 y atribuido a Juan de Mesa, el Cristo de la Expiración, escultura del siglo XVII de Pedro Roldán, el Cristo de la Sangre, obra de Gaspar del Águila, de 1567, o el paso del Santo Entierro, cuya urna es de madera y está cubierta con finas láminas de halcón en plata de ley, de 1711.